El proceso de la madurez es complejo, por eso vamos a dividir el proceso de crecimiento en tres partes. Estos grados pueden hallarse tanto en el terreno espiritual como en el físico de la vida. De hecho el aspecto físico es un claro ejemplo de lo que ocurre en lo espiritual.
Vamos a considera el crecimiento físico en las siguientes etapas:
Cuando eras alimentado por otros.— Cuando naciste eras alimentado por otros, puesto que tú no podías hacerlo. Eras dependiente del cuidado de otros, de tus padres. Te alimentaban con leche y comida blanda, fácil de ser digerida por un niño.
Cuando te alimentabas a ti mismo.— Luego, entraste en una etapa nueva en la vida en la que empezaste a valerte por ti mismo. En este tiempo empezaste a comer alimentos más fuertes. Pudiste dejar la clase de comida blanda para empezar a la comida sólida. Este proceso continúa durante toda la vida.
Cuando das de comer a otros.— La siguiente etapa es en la que serás tú quien dé de comer a otros, sea como padre o como adulto, y el ciclo comenzará de nuevo, ya no para ti, sino para tus hijos.
Desde luego, tu capacidad para ayudar a otros dependerá en gran manera de lo bien que hayas aprendido a cuidarte a ti mismo. Si tu haces un mal papel en prepárate a ti mismo para la vida, sin duda harás un mal papel en ayudar a otros.
Las tres categorías de tu desarrollo físico fácilmente pueden aplicarse en el dominio espiritual. No llegas a ser creyente maduro en el mismo momento de tu conversión. Tienes que crecer a través de estas etapas definidas.
Cuando eras alimentados por otros (1 P. 2:2). Cuando creíste en Cristo viniste a estar bajo el cuidado de otros que te enseñaban las verdades bíblicas fundamentales. Los pastores, maestros de Escuela Dominical y tus padres, fueron enseñándote verdades fundamentales y sencillas acerca de ti mismo, acerca de otros, de Cristo, de la vida, de la Biblia y Dios. Mientras crecías en la vida cristiana te han ido dando alimento espiritual apropiado a tu desarrollo (He. 5:13).
Cuando te alimentas a ti mismo.— Esta es la próxima etapa de tu crecimiento. Esto acontece cuando te encargas de alimentarte a ti mismo espiritualmente. Comienzas a aprender, por cuenta propia, algunas de las cosas más profundas de Dios, de Cristo y de la vida espiritual. Durante este proceso estarás desarrollando destreza en alimentarte. Sin embargo no presumas de que un cristiano puede llegar al punto de que no necesite que otros le proporcionen alimento espiritual (He. 5:14).
Cuando das de comer a otros.— Esta es la meta final de cada creyente en Cristo, llegar a ser un testimonio positivo y eficaz. Esta es la etapa cuando tratas de ayudar a otros en su vida espiritual. Naturalmente, el testificar del cristiano consiste mayormente en compartir con otros lo que Cristo ha hecho por ti (Col. 1:27; Mt. 28:19-20).
Nota: Este estudio está creado en formato A-5 para crear cuadernillo.
Descárgate el PDF
Publicar un comentario